"Mi vida está llena de sorpresas. Alguien dispone cambiar el curso y hay que ir para ese lado", admite Armando Caro Figueroa y razón no le falta. Después de un largo silencio, volvió como consultor de un estudio jurídico y además se dedica de lleno al portal informativo Iruya.
Recibirse de abogado a una edad temprana le permitió a Armando Caro Figueroa incursionar en distintas actividades, algunas vinculadas a su profesión y otras no tanto.
Apasionado, investigador y curioso por excelencia recorrió caminos en Argentina y España.
Hoy, en la búsqueda de días y un futuro tranquilo volvió al terruño y pudo como pocos, retomar su profesión y sus afectos como si el tiempo no hubiera pasado.
Desde los inicios, cuando terminó de estudiar abogacía, en sólo 2 años y 8 meses, en Tucumán a la edad de 19 años, parecían llevarlo a ser un salteño más; sin embargo una madrugada del '76 partió al viejo mundo donde las artesanías y los emprendimientos personales lo vieron ganarse de a poco un lugar en foro laboral.
