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Industria y construcción: el efecto cuarentena infla el crecimiento, pero su ritmo se desacelera

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Como era de esperar, dada la base de comparación que se toma, industria y construcción volvieron a mostrar buenos números en marzo: según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el primero de estos dos sectores claves para la economía creció 32,8%, respecto de igual mes de 2020, mientras que el segundo avanzó 97,6%. Sin embargo, los analistas destacan que se empieza a producir una desaceleración del crecimiento intermensual.

Asimismo, el organismo estadístico publicó en su Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPI) que la industria creció 12,4% en el primer trimestre de este año respecto de igual período de 2020 y 0,7% en el número mensual desestacionalizado. Mientras que en el caso de la construcción, mostró en el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) una suba de 42,4% en el acumulado enero/marzo, respecto de igual lapso del año anterior, y un retroceso de 0,5%, en la comparación con febrero pasado.

En el caso de la industria, si se pone la lupa sobre sus 16 divisiones, se puede observar que todas crecieron en gran magnitud, pero las que más lo hicieron fueron: Otros equipos, aparatos e instrumentos (103,9%), Vehículos automotores, carrocerías, remolques y autopartes (97,2%); Maquinaria y equipo (84,7%); Productos minerales no metálicos (83,4%), y Prendas de vestir, cuero y calzado, 68,6%.

Desde mayo del año pasado, la manufactura creció mensualmente y sólo frenó en dos meses: agosto y octubre, el período en el que más jugó la volatilidad del tipo de cambio. En tanto, la construcción –un sector que tiene un alto efecto benéfico sobre subsectores de las manufacturas que son proveedores– crece desde agosto pasado justamente impulsada por la brecha cambiaria y el bajo valor del metro cuadrado medido en dólar blue.

Camilo Tiscornia, director de C&T Consultores, afirmó que lo más importante es ver los datos desestacionalizados, de los que se desprende que después de la recuperación que siguió a la flexibilización de las restricciones, en el segundo semestre del año pasado, se empezó a dar una pérdida de impulso. “Por eso, industria creció muy poco respecto de febrero, sobre todo por la producción de autos, que fue muy alta en marzo, mientras que en construcción hubo una leve baja mensual contra febrero. Para mí el análisis global de los dos indicadores es que en ambos parece haberse llegado a un nivel cerca de fin de 2020 que es el que se mantiene ahora”, analizó el economista.

Con vistas a los próximos meses, Tiscornia tiene la sensación de que va a haber alguna caída a partir del segundo trimestre, sobre todo por las restricciones que hay, que, si bien no son tan amplias como las del año pasado, siguen teniendo su impacto en la actividad. “Por dar solo un caso: la cosecha de soja este año es bastante menor que la del año pasado y eso pega mucho a partir de abril. Esto va a derramar en la industria manufacturera. Y en el caso de la construcción podría pasar algo similar, aunque si se repite lo del año pasado cuando pase el invierno volverá a tomar impulso”, pronosticó el economista.

En la misma línea, Santiago Manoukian, economista sectorial de Ecolatina, comentó que, pensando en los próximos meses, los indicadores adelantados de abril sugieren que hubo un freno, por lo menos transitorio, en el sendero de recuperación. “Hay cierto impacto, por ahora leve, de la segunda ola de Covid, por lo que es esperable que haya una caída en la medición mensual. “Esto se da por el aumento de los contagios y por la falta de insumos en algunos sectores que impide una mayor expansión. A partir de la medición de mayo, a esto último habrá que agregarle las restricciones a la circulación y la producción”, agregó.

Belén Rubio, economista de la consultora Abeceb, opinó que lo importante del dato de industria es que se trata del primero donde, en términos interanuales, se empieza a comparar con meses de pandemia, por eso hay que ser muy cautelosos en leer el repunte cercano al 33% respecto de marzo de 2020 como un indicador de recuperación acelerada. “Cuando vemos el indicador mes a mes, lo que observamos es que la recuperación de marzo respecto de febrero, si bien es positiva, es más desacelerada que la que se vio en septiembre y noviembre”, explica.

¿A qué se debe esto? A que hubo un repunte apenas se levantaron las restricciones, pero ahora ese efecto empieza a agotarse y comienzan a prevalecer los factores más vinculados a la debilidad de la demanda, en algunas ramas, y sobre todo la incertidumbre respecto del proceso de recuperación macroeconómica. “Más en un contexto en el que la segunda ola de Covid llega más rápido de lo esperado y las expectativas de inflación aumentan luego de los registros de marzo (y con un abril que probablemente se ubique en torno del 4%)”, destacó.

Rubio enfatiza que en el interior de las ramas industriales se sigue viendo una recuperación de la industria a dos velocidades: por un lado, un buen desempeño de aquellas industrias proveedoras de bienes durables (autos, electrodomésticos, etc.) y sus proveedores de insumos; por el otro, aquellas ramas más vinculadas al consumo no esencial (prendas de vestir, calzado, cueros), que continúan muy impactadas por la limitada recuperación del poder adquisitivo. “Esta brecha entre una y otra rama va a continuar durante 2021, con un leve cambio de tendencia hacia fin de año”, agregó la economista.

Natalia Motyl, economista de la Fundación Libertad & Progreso, señaló que la producción manufacturera es uno de los sectores económicos que mejor se recuperó desde la crisis a raíz de las restricciones sanitarias del último año. “Es más, a partir del segundo semestre de 2020, a medida que se iban flexibilizando las medidas restrictivas de distanciamiento social, la actividad industrial volvía rápidamente a los niveles prepandémicos”, destacó. Y agregó: “cabe remarcar que, a pesar de que las pymes industriales mostraron un crecimiento de más de 10 puntos porcentuales en marzo, todavía las expectativas a futuro son más bajas que las de las empresas más grandes”.

En tanto, en lo que respecta a la construcción, sorprende un crecimiento tan elevado dado que marzo del año pasado no fue un mes completo de cierre por cuarentena. Sin embargo, Iván Szczech, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), estimó que el dato tiene sentido si se tiene en cuenta que ya se venía con niveles muy bajos de obra desde 2018, con actividad por el piso y con obra pública parada por el arranque de un nuevo gobierno.

Hacia adelante, Szczech ve un escenario positivo traccionado básicamente por el impulso de la obra pública prevista en el presupuesto nacional. “Esto, junto con la ley de incentivos para la obra privada sancionada hace unas semanas, que incluye una exteriorización de capitales para la construcción, tendrá seguramente un impacto positivo en la actividad. A contramano, las restricciones que impuso la Ciudad de Buenos Aires para el trabajo en las obras privadas de más de 2500 metros cuadrados son un duro golpe a este proceso de recuperación que esperamos las autoridades reviertan lo antes posible”, analizó el directivo.

Motyl subraya que la construcción también muestra uno de los mejores avances desde que comenzaron a flexibilizarse las restricciones sanitarias y que junto con la industria es uno de los sectores que mejor performance presenta. “Ahora, la evolución del sector dependerá mucho de cuánto fogonee el Gobierno al sector vía obra pública en un año electoral. Además, de los programas de créditos de construcción de viviendas, que es una de las políticas en las que más está haciendo foco la actual administración desde que comenzó el año. Mi estimación es que es probable un avance de más de 15 puntos porcentuales para diciembre de 2021 en comparación con diciembre de 2020″, concluyó.

Un dato que llama la atención en el análisis del ISAC es que, aún con una actividad en alza, los puestos de trabajo cayeron 5,8% en febrero de este año (último dato disponible), respecto de igual mes del año anterior. Pero eso se explica, según Rubio, de Abeceb, por el hecho de que la actividad de la construcción está siendo empujada por la autoconstrucción, por terminaciones y por la obra privada, que en general están asociados a empleo más informal, por lo cual no está registrado en el análisis del ISAC.

Por: Carlos Manzoni
Fuente: La Nación


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