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Innovación: los argentinos que le dan la vuelta creativa al mundo fintech y blockchain

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“No entendíamos cómo algo tan genial como los smartphones podrían tener aplicaciones tan poco atractivas y creativas. El objetivo que nos habíamos planteado era rediseñar el mundo digital”, refieren Santiago Echazú, Matías Demarco y Facundo Aguinaga, los tres argentinos que lideran la firma tecnológica Paisanos.

La empresa busca darle una vuelta de tuerca a los productos digitales basándose en el diseño, la creatividad y las metodologías ágiles y está detrás de desarrollos para Santander, Claro, RUS, Samsung, McDonalds, las fintech MODO y N5 y firmas estadounidenses como Insurt3ch, Blockrisck, Dexfreight, y Chainlink.

La joven startup – que comenzó como un proyecto estudiantil del “paisano” Santiago Echazú – se define como “una empresa creativa con la tecnología como nuestro pincel” y agregan: “ofrecemos originalidad ante un problema cotidiano, descubrimos cuál es la mejor función de la herramienta y nos obsesionamos para resuelva el problema”, explican.

Las áreas de mayor especialización de Paisanos son las industrias Fintech, Insuretech y Blockchain, a lo que se suman las ramas de Agtech y Healthtech que están explorando. Desde 2012 no paran de crecer. En concreto, son el “detrás de escena” de desarrollos como MODO, a quienes ayudaron a diseñar y desarrollar su app móvil que pretende sustituir el efectivo por los pagos digitales. También trabajaron junto a Santander Consumer en el diseño de su producto fintech adaptado a una nueva marca llamada Todo en Cuotas y desarrollaron una experiencia VR 360º para el onboarding de los nuevos empleados de McDonalds.

Resolver los problemas correctos

Los “paisanos” – como ellos se refieren a sí mismos – ofrecen un approach tecnológico con fuerte acento en UX. La constante es la búsqueda de resolver los problemas correctos y encontrar ese “dolor” que realmente importa y molesta a los usuarios.

“El mayor error no es del proyecto, sino humano. Por ejemplo: no probar las cosas, no entender cuál es el modelo de negocio y/o a quién está dirigido”, subrayan.

Para Echazú la UX es la llave. “Para tener experiencia de usuario tenemos que probar las cosas y que nos digan cómo mejorarlas, cómo hacerlas más atractivas, porque hacer un proyecto sin UX es como poner una vidriera tapada con cartones”.

El equipo intenta entender lo que sucede con las personas y la tecnología, salir a la calle, investigar y hablar con la gente para encontrar cuál es la mejor solución para ese problema que van a resolver con el proyecto. Posteriormente y a partir de eso, lanzan una prueba de concepto a la calle que hacen crecer orgánicamente.

En agosto del 2020 llegó la prueba de fuego para su metodología de trabajo. Desde MODO los contactaron para pedirles que le den un nuevo enfoque a la interfaz del usuario. La premisa era crear un producto vanguardista, accesible y de calidad mundial en tan solo 4 semanas.

La billetera digital integra a más de 30 entidades financieras distintas, razón por la cual comprenderlo de “buenas a primeras” para el usuario no es sencillo. Para aliviar este “punto de dolor” hicieron foco en el onboarding (flujo de navegación inicial donde los usuarios entienden el producto y se registran).

El otro gran reto fueron los flujos de transacción, ya que eran muchos y confusos así que empezaron a jugar simplificando las tres grandes acciones que permite el producto: Enviá, Pedí y Pagá.

Por último, a partir de un largo proceso de co-creación, nació el Swipe-Up, que convierte la forma de pagar no solo en un gesto, sino en una experiencia.

Una vez terminada la primera etapa del proyecto, llegó el momento de pasar todo este trabajo a código. “Teniendo en cuenta el equilibrio que logramos a nivel audiovisual, era necesario que la implementación sea perfecta. La complejidad de la etapa implicó la incorporación de otras compañías como Globant, Baufest y Wolox. Fue un trabajo titánico: 20 personas abocadas al proyecto; más 12.000 horas de trabajo dedicadasjornadas de trabajo de 48 horas seguidas; y nos relacionamos 50 personas de cinco empresas con las que nunca antes habíamos trabajado”, detallan.

La deuda creativa

Desde la startup consideran que el rubro de la tecnología es principalmente creativo. “No creemos que haya gente en esta industria que no construya a partir de las ideas. No todo es 1+1, no todo es un algoritmo y no todo es ingeniería. Y la ingeniería, si vamos a la raíz, habla de ingenio y el ingenio es creatividad. Algunos le ponen colores y otros formas de resolver las cosas, pero la creatividad tiene un montón de trajes distintos”, aseguran.

Crear una marca – señalan -implica todo un trabajo que no es solamente un logo, una paleta de colores y tipografías, sino la experiencia completa del consumidor con esa marca. “La interfaz de usuario es la pieza de comunicación más importante que tenemos hoy en día. Sobre todo porque la experiencia que uno tenga con un producto digital en el futuro va a ser tan importante como la experiencia que hoy tenemos en un local”, afirma Echazú y agrega que incluso esto también incluye sonidos y frases. “El “OK Google” es branding y es un branding proactivo, no reactivo, ya que el estímulo lo da el usuario. Tenemos que ser conscientes que hay que pensar mucho más que en la pantalla del teléfono. Además no sabemos cuánto le queda a los teléfonos, en otro continente se manejan con los relojes”.

Para los líderes de Paisanos hay una gran deuda con la originalidad. “Abunda la copia. Por ejemplo, “Uber de”, “Tinder de”, pero nos olvidamos de innovar y creo que la innovación es lo que hace que la industria siga creciendo. Es muy fácil innovar en tecnología. Entonces, los grandes desarrollos tecnológicos como Netflix, Spotify, Uber nos dejan la vara alta, pero nos dan un marco teórico para poder seguir innovando fallando menos”, puntualizan y concluyen: “Todos sabemos el A, B, C. Los botones van abajo y tienen que ocupar el ancho de la pantalla. Pero después, hay que innovar a nivel producto y modelos de negocio”.

Por: Clarisa Herrera
Fuente: La Nación


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