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María Fernanda la artista que traer color, naturaleza e identidad a los zapatos de Mafe

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María Fernanda Perales del Castillo tiene 41 años, estudió diseño de indumentaria y textil en la Universidad de Palermo y hoy es la ideóloga de Mafe, un proyecto en el que diseña zapatos con color e identidad. Emprendedora por naturaleza, reconoce que el diseño corre por sus venas desde muy pequeña cuando entraba al taller de costura de su mamá para hacerle la ropa a sus muñecas y a la de sus amigas. En diálogo con Dossier Web contó sus proyectos, sueños y todo el trabajo que realizó durante la pandemia. 

¿Qué es Mafe y cómo nació? 

Mafe soy yo, un pequeño emprendimiento que lleva un par de años, desde el 2011 pero que estuvo parado durante cuatro años y que retomé a finales del 2019, y justo me agarró con la pandemia. 

Estudié diseño de indumentaria en Buenos Aires y siempre anhele volver a Salta y fue la idea hacerlo con lo que había aprendido en la Universidad de Palermo. Estando en los últimos años de la carrera visité el INTI, que es el Instituto Nacional de Tecnología Industrial y allí había un sector en el que capacitaban en confección de calzados y me volví loca y apasionada, es un mundo que me atrapó. 

Yo estaba en el tercer año de la carrera, ese día volví a mi casa y dije que quería dejar la carrera para estudiar ahí y me dijeron que no, que termine, ese fue mi primer encuentro con los zapatos. 

Con ese interés de aprender a hacer zapatos busqué alguien que me enseñe, yo vivía en La Plata y encontré un zapatero que era de Perú y que había trabajado en muchas fábricas, me dejó entrar a su taller a aprender de cero, desde cambiar taquitos a despegar una base, lustrar y pulir. 

Yo quería aprender a hacer moldería y él algo sabía así que entre los dos comenzamos a sacar modelos. Cuando volví a Salta lo hice sabiendo un poco de este oficio y lo fui puliendo. Me compré máquinas, materiales, las hormas y así comencé con este proyecto y aprendiendo mucho en el andar. 

El año pasado viajé a Buenos Aires, estuve un mes haciendo un curso intensivo con un maestro zapatero de calzado italiano del Instituto San Crispín y ahí fue donde me especialicé en moldería, confección y en las terminaciones que era lo que más me interesaba ahora, que sean impecables. 

¿Por qué decidiste estudiar diseño de indumentaria? 

Siempre quise estudiar diseño de indumentaria, mi mamá era modista, así que yo veía a sus clientas entrar en su taller y como ella hacía prendas. Siempre me gustó el diseño, miraba sus revistas, hacía la ropa para mis muñecas y las de mis amigas. Yo no jugaba a las muñecas simplemente les hacía la ropa. 

Mi amor por el diseño es de muy niña. 

¿En qué te inspiras para diseñar y crear? 

Me inspiro mucho en lo que es mi cultura, en las mujeres que han hecho historia a través del arte y la música. 

Soy muy observadora de cómo va evolucionando la cultura, me gusta mucho la naturaleza, tengo temáticas que siempre vienen a refundar este sentir salteño, más que salteño andino, este sentir ancestral, desde mis antepasados siempre estoy buscando información y mirando lo nuevo porque mis zapatos son eso, mirar hacia atrás con una propuesta en la actualidad, haciendo una bajada de ese concepto. 

¿Qué significa emprender para vos? 

El proceso de emprender es algo que se fue dando, no lo pensé, simplemente quería hacer zapatos cuando llegué a Salta y no encontraba taller donde hacerlos y no me quedó otra que comenzar yo a hacer el proceso. 

Lo fui haciendo paso a paso, con miles de errores, que hoy miro y fueron crecimiento. Ser una emprendedora me fortaleció. 

¿Es fácil confeccionar zapatos, cómo es el proceso? 

El proceso de hacer zapatos es bastante complejo, no es imposible, pero lleva muchos pasos. En la indumentaria uno hace el molde, corta, cose y ya está la prenda, en el zapato se hace la moldería, se corta el cuero, se lo cose y no terminó el proceso tiene otros más que hacen a la terminación del calzado y que tiene una maquinaria distinta. 

No es necesaria tanta fuerza humana, sino técnica, maña del oficio, son procesos que me encantan y que generan un costo extra al confeccionar. 

¿Hace cuánto trabajas en tu taller en Salta? 

Trabajo en mi taller desde el 2011, con un párate en el 2016, en ese tiempo fui todos los años a representar a Salta en la Feria Puro Diseño, el primer año gané el premio como mejor diseñadora, los zapatos viajaron por todos lados representando Salta porque la gente del Observatorio de Tendencias del INTI me había puesto en una base de datos y me convocaban para muestras, desfiles, es más quedé seleccionada en una muestra que se hizo en Londres y otra en París, fue un andar donde la estética de la marca fue evolucionando. 

En el tiempo que me tomé crecí mucho como marca, crecí mucho en ese aspecto. 

La pandemia golpeó fuertemente a los emprendedores ¿cómo fue tu experiencia en eso? 

Antes de ese 21 de marzo, quedé seleccionada por el Fondo Ciudadano de Promoción Cultural con un monto de dinero para invertir en el relanzamiento de la marca y mientras preparaba mi colección de invierno para utilizar esos fondos llegó la pandemia, sinceramente no tuve tiempo para pensar demasiado me enfoque en lo que tenía que hacer, si no usaba esos recursos tenía que devolverlos, en realidad fue mi motor para salir adelante en esta pandemia y casi no darme cuenta. 

Como el proyecto estaba armado, la inversión era para generar la tienda nube, la página, los diseños de redes y me vino como anillo al dedo porque fue el boom de las ventas por internet y era a lo que yo quería apuntar. 

Fue un gran salto y se visibilizó muchísimo la marca. No fue sencillo en el ámbito de conseguir insumos, pero me permitió acceder a proveedores que en Buenos Aires antes me era imposible llegar y en este contexto todos te atendían a través de internet. 

Me animé a pedir sin ver, fue un proceso importante de cambios, crecimiento y readaptación. 

¿Qué le dirías a alguien que tiene ganas de emprender? 

Creo que la base de todo es la pasión y el amor que uno siente por lo que está haciendo, ese es el motor que impulsa todo frente a una pandemia, a ventas que no se pueden concretar uno se va reinventando porque hay un motivo mayor que es sacar adelante el emprendimiento. 

Es fundamental definir bien qué es lo que uno quiere hacer y cuánto lo desea, lo demás comienza a llegar solo, yo me vengo reinventando todo el tiempo, ahora que se ha liberado la circulación mis clientas quieren probarse los modelos y ver por eso estoy pensando en abrir un showroom con todo lo que eso conlleva.

No puedo producir en grandes cantidades porque tengo un taller chico y busqué un mercado en el que pueda competir porque con grandes marcas difícilmente lo iba a hacer. Busqué un cliente definido que guste de mis calzados y propuesta que es color, calidad y mucho del oficio del calzado. 

Hay consumos masivos y selectivos, yo aposté al segundo donde si bien no puede haber un gran crecimiento, es una fuente de trabajo, sumado a mi pasión es mi ingreso, vivo de lo que hago y eso es genial. 

¿Nos podes adelantar qué es lo que se viene para el verano en Mafe?

Con respecto al verano ya está hecho el lanzamiento, la colección se llama Nativa, igual constantemente lanzó nuevos productos y todo está en redes y la tienda nube, son cinco modelos que están inspirados en esta búsqueda interna a la que nos llevó esta pandemia a mirar nuestros orígenes y la naturaleza. 

Cada modelo tiene su nombre, corteza, savia, clorofila cada uno tiene que ver con esto de lo que formamos parte porque somos parte de un todo. 

DossierWeb

BIO

¡Hola! Soy María Fernanda Perales del Castillo y tengo 41 años, soy diseñadora de indumentaria y textil de la Universidad de Palermo y me especialicé en calzado en el Instituto San Crispin. Mi sueño por cumplir es poder generar un proyecto más grande donde pueda generar puestos de trabajo y expandirme; uno más personal es ir al Machu Picchu. Mi filosofía de vida es vivir a pleno y fundamentalmente disfrutar de todo lo que tengo sin mirar demasiado lo que me falta. Mi lugar en el mundo es Salta, siempre vuelvo y es donde apuesto para salir adelante.


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