Hace dos años, la profesora Sonia Hidalgo de la Universidad Nacional de Salta pudo cumplir uno de sus mayores anhelos: tener su propia librería “Al Otro Lado”. En diálogo con Dossier Web, la profesional y emprendedora destacó que la llegada de la pandemia “sirvió para redescubrirnos como lectores”. Además contó a qué público apuntan, los inconvenientes de la inestabilidad monetaria y la relación con los clientes que visitan el local ubicado en Lavalle 630.
“Como soy profesora de la Universidad Nacional de Salta, jefa de trabajos prácticos en las cátedras de Literatura Infantil y Juvenil, siempre soñé con tener libros para vender, libros ilustrados y así es como nació Al Otro Lado”, comentó y agregó que “la ilustración tiene tanto peso como la palabra y es un desafío para los niños”.
La docente sostuvo que una editorial es clave para que pueda funcionar la librería ya que no solo le provee sus libros sino que además le entregan los que llegan desde el exterior. “Desde la editorial Calibroscopio nos ayudan y envían libros no solo de su editorial sino también de libros que llegan desde el exterior y contar con ellos es clave para nosotros”.
“Por otra parte también tenemos el libro manga que es animé en papel, pero mi hijo está más empapado en ese tipo de lecturas”.
Consultada por el público que llega a buscar libros “Al Otro lado”, indicó: “Apostamos a un público joven, pero también al adulto y al público docente, ya que armamos espacios de formación (informal) donde proponemos lecturas para que el docente pueda llevar al aula. Si bien estamos a puertas cerradas hacemos showrooms. Mucha gente nos avisa antes de venir y hace que el encuentro sea diferente”, dijo.
Hidalgo contó que la librería tiene ese nombre “porque leer es habitar en otro lado. Se le ocurrió a mi hijo Federico y a mí me pareció genial”.
La llegada del coronavirus complicó a la mayoría de los emprendedores pero no fue el caso de la profesional y explicó el motivo: “En la pandemia la gente leyó más, hicimos envíos por delibery y si bien cambió en el sentido de que no podíamos encontrarnos con los lectores, hubo mayor venta”.
“Obviamente no se vendieron libros que se leen en las escuelas porque los profesores, en general, escanearon sus libros y les enviaron a los alumnos, pero los que no circulan tanto si se vendieron. La pandemia sirvió para redescubrirnos como lectores”.
Respecto a la inestabilidad monetaria sostuvo que en ese aspecto si hay trabas para seguir creciendo. “Se hace muy complicado y complejo poder conseguir libros de escritores consagrados que son joyas artísticas cuyos precios no bajan de los $1.900, pero si vendemos de muchas editoriales independientes de Argentina que tienen muy buenas propuestas”.
“Quienes se acercan a la librería generalmente son lectores pero cada vez que llega gente nueva busca diferentes tipos de libros. Nosotros lo que buscamos es formar lectores”, cerró.
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