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Una por una: las apps que permiten invertir y ganar plata desde el celular

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El sector financiero fue unos de los que mejor navegó en la tormenta de la pandemia. En octubre de 2020, según los últimos datos del Indec, este segmento crecía al 7,4% interanual, en un escenario que tuvo como protagonista al universo fintech. Se trata de un universo que se vio potenciado por el desarrollo de la tecnología, los cambios regulatorios que impulsó el Banco Central durante la gestión anterior y continuó tras el cambio tecnológico y la adopción de nuevos hábitos y conductas que trajo el coronavirus. Distanciamiento social, facilidad de uso, baja de costos y multiplicidad de operaciones a un toque de la pantalla del celular son factores que estimulan el desarrollo de un negocio que es apenas incipiente.

Según una encuesta realizada por Ank, la fintech del grupo Itaú Unibanco que permite a los usuarios gestionar todas sus cuentas bancarias dentro de una única app, debido a la pandemia el 85% de los entrevistados modificó sus hábitos en sus operaciones bancarias. Este informe revela que el 67% aumentó la frecuencia con la que realizan transferencias de dinero, el 40% aumentó el monto promedio del monto de dinero; el 32% usa esta operación para una mayor variedad de cosas; y el 31% empezó a pagar nuevas cosas a través de transferencias.

Otro dato interesante que revela este informe es que el 68% de los entrevistados tiene al menos dos cuentas bancarias activas. “Esto tiene como correlato de la elevada cantidad de transferencias que realizan y la diversidad de destinatarios y usos, donde lo más destacado son el pago de servicios, la compra de productos y las transferencias a familiares, amigos o para pagar en negocios de cercanía”, explica Leonardo Rubinstein, CEO de la firma.

Los números del sector son contundentes. De acuerdo con un informe elaborado por la Cámara Argentina de Fintech, Afluenta y Deloitte, con financiación del BID Lab, que fue presentado en diciembre pasado, el ecosistema en el país se duplicó en dos años: pasó de 133 empresas en 2018 a 268 en 2020. En ese universo, donde coexisten múltiples firmas y servicios que combinan los servicios financieros con la tecnología, se destacan las dedicadas a los pagos digitales, que concentra a 64 jugadores.

“La tecnología hizo que ofrecer servicios financieros hoy fuera muy barato, y todo el mundo se va a digitalizar porque se da un salto muy fuerte en la experiencia del usuario con respecto al dinero en papel”, dice Hernán Corral, CPO de Naranja X, la unidad fintech del ecosistema Naranja.

Lanzada en octubre de 2019, la plataforma permite realizar pagos y transferencias desde la app, ofrece una tarjeta prepaga para pagos en comercios físicos y cuenta con su plataforma de cobros. Según el ejecutivo, que apunta a digitalizar a los cinco millones de tarjetahabientes de Naranja, el ecosistema en general continuará su veloz crecimiento en los próximos cinco años, al incorporar usuarios no bancarizados y avanzar sobre el uso del efectivo.

Esquema regulatorio

Los cambios regulatorios que impulsó el Banco Central desde la anterior gestión aceleraron la expansión del sector, con jugadores de diferentes características, que expandieron las fronteras más allá de las apps de homebanking de las entidades tradicionales. Así, aparecieron desde agregadores de medios de pago tradicionales como Modo y billeteras digitales que permiten alojar fondos en la cuenta (con CVU) y ofrecen la posibilidad de realizar pagos y otras operaciones con dispositivos móviles o tarjetas prepagas hasta bancos puramente digitales o herramientas que permiten gestionar todas las cuentas bancarias existentes desde una única app.

El principal jugador del sector es Mercado Libre, la firma de Marcos Galperin, a través de su unidad Mercado Pago. Esta división nació como procesadora de pagos dentro de la plataforma pero luego se expandió hacia todos los negocios financieros y se potenció tras la pandemia. Al cierre del tercer trimestre de 2020, tenían 4,7 millones de cuentas activas (sumaron 1,3 millones tras la llegada del coronavirus) y 2,5 millones de tarjetas prepagas asociadas. La firma fue impulsora de los códigos QR como herramienta de pago en los comercios físicos, y la red local que la utiliza supera los 1,3 millones de comercios y emprendedores.

El otro gran jugador del sector es Ualá, la empresa liderada por Pierpaolo Barbieri que también permite gestionar una cuenta virtual (CVU). A fin de 2020 había emitido más de 2,7 millones de tarjetas prepagas, y opera 800.000 cuentas de inversión en un FCI gestionado con Grupo SBS. La empresa, que en su corta historia recibió inversiones de George Soros, y los fondos Tencent (China) y Softbank (Japón) y en 2020 se expandió a México, informó que el año pasado aumentó 177% el pago de servicios con la app y un 45% la solicitud de préstamos.

El avance de los nuevos jugadores también motivó la reacción de los bancos tradicionales. Unidas, las principales entidades privadas y públicas lanzaron Modo, una plataforma que, en lugar de permitir alojar fondos propios, consolida todos los medios de pago (tarjetas de crédito y débito) y las cuentas bancarias ya existentes, para poder realizar transferencias y pagos desde un dispositivo móvil.

“El número de usuarios se está acercando al millón y el objetivo es llegar a los 15 millones de personas que están bancarizadas y usan las apps de su banco. 2021 es el año de afianzar la propuesta de valor”, explica Rafael Soto, CEO de Modo, que replica herramientas lanzadas en otros países, como Zelle (Estados Unidos) o Bizum (España). Esta plataforma puede utilizarse descargando la app o bien desde el mismo home banking de las entidades que lo incorporarán a su propia herramienta nativa (por ahora ya lo hicieron siete firmas). “Aspiramos a que todos los usuarios bancarizados usen la herramienta para hacerse envíos entre sí. El objetivo es reemplazar al efectivo en todas las ocasiones donde sea prescindible”, dice el ejecutivo.

La expansión actual, que también tuvo como protagonista al Banco Provincia con la herramienta Cuenta DNI, se consolidó con la iniciativa Transferencias 3.0, impulsada este año por el Banco Central, que entre otras funcionalidades impulsó la interoperabilidad. De esta forma, estableció que tanto comercios como pagadores pueden utilizar un mismo código QR para concretar su transacción, independientemente de qué app o billetera estén utilizando.

“Las tasas de adopción de pagos digitales que tenemos hoy esperábamos tenerlas en cuatro años. El contexto de la pandemia expuso que el efectivo es caro e inseguro, y a su vez, impulsó las compras a distancias como el e-commerce, uso de links de pago, y pago a través de redes sociales. La Argentina ya cuenta con más de 250 fintechs registradas y 7,5 millones de cuentas virtuales generadas”, dice Corral, quien asumió en los hechos el liderazgo de Naranja X tras la salida en noviembre de Gastón Irigoyen, hasta entonces CEO de la firma. En este contexto, Corral espera una década de expansión y consolidación: “De acá a cinco o diez años veo al mundo fintech avanzando como el sistema financiero tradicional, con tres bancos privados y después otros medianos o más de nicho. Muchas ya existentes se van a consolidar o fusionar. Hoy hay una demanda insatisfecha, pero no pueden sobrevivir empresas de este tipo con 50.000 clientes”, proyecta el ejecutivo.

Efecto pandemia

Guido Quaranta, CEO de SeSocio, señala que aunque el coronavirus y la cuarentena generaron obstáculos en toda la población, también permitieron que las tendencias digitales se incrementaran. “Abrimos nuestro espacio para alentar la ayuda de financiamiento de las fundaciones de manera simple, segura y 100% online”, dice el titular de la empresa que, después de tres años de operación, funciona como plataforma y marketplace de inversiones a nivel Latinoamérica y cuenta con más de 4.500.000 operaciones realizadas y con más de 290 proyectos financiados.

Entre los ejecutivos del sector, la opinión unánime es que lo ocurrido en 2020 aceleró cambios en los hábitos de la sociedad que la industria venía buscando llevar adelante desde hace tiempo. Según Sebastian Böttcher, CEO de Nubi, el boom fintech se fortaleció por el crecimiento de ventas en e-commerce, el temor al uso del dinero en efectivo por el eventual contagio de Covid-19 y las facilidades en la experiencia de uso para pagos y transferencias desde el celular.

Nuevos jugadores

En ese ecosistema, aparecieron y aparecen nuevos jugadores, que tienen entre ceja y ceja la eliminación del efectivo, cada una con su nicho particular. Wibond brinda la posibilidad de financiar grandes y medianas inversiones que no pueden hacerse a través de los métodos de pago existentes. “Hoy las tasas de las tarjetas de crédito son las mismas para quien paga en término y para el deudor y la tecnología nos permite ofrecer mejores tasas de acuerdo al comportamiento financiero del comprador”, dice Emilio Correa, Business Manager de la firma.

En tanto, Teengo nació a principios del año 2019 con el objetivo de entrenar a los preadolescentes en cómo administrar su dinero a través del uso de herramientas como las billeteras virtuales. “Nuestra empresa adapta la experiencia de usuario de Mercado Pago para el uso de chicos. Los padres pueden gestionar sus gastos, siempre desde el celular y sin involucrar dinero en efectivo”, dice Gabriela Gayarre, CEO de la firma, que debió postergar el lanzamiento de su app (estaba planificada para marzo) por efecto de la pandemia. “La suspensión de clases primero y la cuarentena prolongada después, impidió que los preadolescentes, que son nuestros usuarios, tengan la posibilidad de utilizar la billetera virtual porque no salían de sus casas”, relata.

Otro “nacido” en plena pandemia es Banco del Sol, el banco digital del grupo Sancor Seguros. Esta iniciativa, que contempla una inversión de US$60 millones en cinco años, busca apalancar su actividad en la red de 9000 vendedores de seguros que la empresa tiene distribuidos en el país. El plan es apuntar a los siete millones de clientes de la empresa, con una estrategia que busca avanzar desde el interior hacia Buenos Aires.

“Ya sumamos 60.000 usuarios y la idea es impulsar la banca dónde todavía no llegó”, dice Juan José Munne, CMO de la firma, que inició su operación en agosto de 2020 y, si bien está disponible para usuarios de todo el país, enfocó su estrategia de promoción en ciudades como Rafaela, Sunchales (Santa Fe), Junín (Buenos Aires), Villa María (Córdoba), San Rafael (Mendoza) y General Roca (Río Negro).

En ese plan de atraer clientes, el Banco del Sol habilita a sus usuarios una caja de ahorro remunerada, con una tasa del 20% nominal anual, para intentar “comerle” fondos a los bancos tradicionales que no generan rendimiento por este tipo de cuentas.

Finanzas personales

Otro jugador de peso en el sector es Nubi, una fintech argentina fundada en 2017 que ofrece servicios de distribución de remesas y saldos en el mercado local argentino (PayPal, Transferwise y Ripple). En agosto de 2020 lanzó al mercado su cuenta digital, una app que facilita el manejo de las finanzas personales.

“La pandemia nos mostró la necesidad existente en la población de adoptar servicios financieros digitales y en especial a través de celulares, que son los dispositivos con mayor alcance en los argentinos. En cuanto a nosotros, esta crisis se convirtió en una gran oportunidad para acercar Nubi Cuenta a aquellas personas que hoy están fuera del sistema financiero, un segmento que ronda los 13 millones de argentinos”, resume Sebastián Sebastián Böttcher, CEO de Nubi.

También con una clara misión de inclusión financiera nació BKR, una fintech argentina que surgió en 2018. Para simplificar la forma en la que las personas manejan y se vinculan con su dinero lanzó su billetera virtual BKR App, una aplicación gratuita que permite a sus usuarios enviar o recibir dinero desde sus teléfonos celulares, utilizando el saldo en la cuenta virtual sin costos asociados de apertura, permanencia y operación. Además brinda la posibilidad de solicitar una tarjeta BKR Mastercard prepaga internacional. Así, este tipo de soluciones favorece la inclusión financiera, porque permite el acceso a instrumentos de pago a usuarios que hasta el momento se encuentran fuera del sistema bancario.

Más allá del horizonte

Para Böttcher el desafío más importante es dejar el efectivo atrás. “Si bien el contexto ayudó a acelerar este proceso, todavía las fintech tenemos la obligación de educar a la gente sobre el manejo de su plata, y de esta manera evolucionar todos financieramente”, sostiene. Al mismo tiempo, este ejecutivo, revela que tanto su compañía como el resto de los players del mercado están trabajando para acortar la brecha entre las personas bancarizadas y aquellas que no lo están.

“La grieta en este 2020 ya es muchísimo más corta: mientras en enero de este año había 4 millones de usuarios de billeteras hoy tenemos 6,5 millones”, cuenta.

Hablando de los cambios que experimenta la industria Rubinstein sintetiza: “La digitalización de la oferta y distribución de los servicios financieros logró que bajen para siempre las barreras de entrada a nuevas compañías al mercado, resultando en mayor variedad a menor costo. Este menor costo de ofrecer el servicio permite la inclusión de más personas al sistema. En la medida que las regulaciones de cada país permitan que esta tendencia continúe, el proceso se acelerará en los próximos años”.

Por su parte Quaranta cree que estamos en un momento de transformación profunda de las finanzas. “Se necesitan más tecnologías innovadoras para lograr una total descentralización de las inversiones. Hoy tenemos la suerte de vivir y ser protagonistas de este gran paso en la historia”, afirma.

Fuente: La Nación


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